Secciones

Secciones

Reglas para comentar

1) Los comentarios ofensivos serán borrados
2) Los comentarios deben tener alguna relación con el tema del post
3) Se agradecerá el aporte de argumentos con referencias para que podamos ampliar el debate

20 de febrero de 2012

Y se acabó la fiesta

Tags: Feria Internacional del Libro de Cuba, literatura
La XXI Feria Internacional del Libro de Cuba sigue, pero ya la parte en La Habana, aquella en la que yo participo, se acabó. Como saben mis amigos, me voy en esos días para La Cabaña y trabajo como periodista para El Cañonazo y Cubaliteraria. Me meto en la vorágine, en la jet set, en la farándula culturosa, durante esos diez días, dejo un salario íntegro en las cajas de las librerías, les saco fotografías a cabezones famosos y en algunas me cuelo con ellos, escucho presentaciones de libros y conferencias, me cuelo en los brindis de los premios importantes y escribo notas sobre estos eventos que me proporcionan, al cabo de unos tres meses, un chequecito de lo más ameno.
Mi madre y la de Yasmin nos apoyaron mucho con el nene, sino no hubiéramos podido hacer la mitad de las cosas.
Por la parte de las cosas que no me cayeron muy bien, las altas autoridades defenestraron la dirección tradicional de El Cañonazo. Con Basilia Papastamatiu tengo yo ya una afinidad establecida. No tengo nada en contra de la joven que la suplió pero no era lo mismo. Además, una invasión de jóvenes en el periódico de la feria, estudiantes de periodismo, prácticamente nos dejó sin trabajo a los reporteros establecidos. Claro, ellos salen más baratos. Igual no tengo nada personal en contra de ellos, que se mostraron siempre amables y buenas gentes, pero de que me quitan los frijoles me los quitan. Y ya se sabe por dónde le entra el agua al coco, o lo que duele cuando a uno le pisan los callos.
En esta Feria vi más cartelitos de prohibido el paso que en cualquiera de las anteriores. Pareciera que había el temor de que alguien se fuera a llevar en la cartera un cañón de esos antiguos que están en exhibición en sus puestos en la muralla.
La librería grande en moneda nacional se ha estabilizado en el área de la plaza-baluarte de San Francisco. Las colas y las moloteras siguen maravillosas. Y si los niños lo que más disfrutan son los libros de colorear y subirse en los cañones que no están vedados, pues bien por ellos. ¿Qué quieren, que efectúen su primera aproximación a la literatura con Marcel Proust? Y va y después de juguetear entre las bocas de fuego, les dura la curiosidad hasta el libro más cercano de El Corsario Negro. Elitismos, no queremos. Bueno, hay quien sí. El mismo que después está gimoteando por que la "plebe" manifiesta un "bajo nivel cultural".
Fue bastante llamativo, en ocasiones, ver actividades de mucho interés, con tan poco público que amenazaron o simplemente cancelaron su realización. Uno podría pensar que los organizadores no fueron muy listos en eso de promocionarse. Algunas de esas actividades, pienso yo, podían dirigirse con mucho tino a público particularmente cercano, pienso por ejemplo en las conferencias sobre los premios Nobel del Caribe, que se supone deban atraer a estudiantes, investigadores, etc., y languidecían de mala manera. Y si a usted le toca presentar su libro el último día, comprometa a toda su familia, amigos y vecinos del barrio, o lo veo en peligro.
Las botas definitivamente se me rompieron. La comida que nos asignaron estaba buena se retrasó en una sola ocasión. Igual sigo pensando que mejor nos den el dinero y nos compramos lo que se nos antoje cuando así lo queramos. Uno de los choferes que nos tocó, para el transporte de los trabajadores de la feria, tenía pésimas actitudes si de tratar con público se trata. El que piense que estos temas son muy prosaicos para tratarlos al lado de tanto arte y literatura, está en otra Cuba que no es esta.
Se aprovechó la oportunidad también para hacer coloquios de ciencia y filosofía. Bien por ellos, aunque dicen las malas lenguas que fueron a uno de ellos, que los panelistas creían que el socialismo del siglo XXI era tan sencillo como ir a comprarlo en Silicon Valley. Pero eso me dio una idea para mi examen de filosofía para el doctorado, si alguna vez me animo.
Entre los encuentros personales, uno con un compañero mío de estudios que tiene la virtud de ponerme siempre a la defensiva. Para imprimirle un material a Santiago Alba Rico, le puse como condición un autógrafo y una foto. También me fotografié con Paco Ignacio Taibo y sueño con que me publiquen los cuentos de Pedrito. Una conferencista que habló de VS Naipaul, qué joven y bonita, de la UH; jugando uno con el hecho conocido de que los hombres no le prestan atención realmente a lo que ellas dicen –cuánto machismo, autocrítica para mí. Tamara Roselló, en una de las actividades de Caminos. Una de las chicas colegas, pichón de periodista ¬¬–ya ven, y yo hablando mal de los muchachos– con nombre de madre de la patria, y que me deja la sensación aquella que se me hace difícil explicarle a Yasmin; digamos que una sensación estética comprensible para un fotógrafo. De lo que me aproveché pues, con el pretexto de una afición por la fotografía, que no es para mí la principal, le saqué conversación y un par de instantáneas. Diré que en una de ellas logré atrapar lo más que se podía pedir.
Para la próxima Feria, Angola de país invitado. Yo voy a proponer un dia de estos a los Estados Unidos. Piensen cuánto se podría aprovechar. Escritores y nobeles de allá hay un saco: Steinbeck, Hemingway, Alice Walker, Twain, Poe, montones. Clásicos y modernos, izquierdosos y todo. Y cómo ibamos a hacer que se armaran líos y corre corres. Tendremos publicidad segura.
Voy a compartir en los próximos días vía este blog, algunas de las notas que escribí para Cubaliteraria. Mi selección, las que más interesantes me han parecido. Ya Yasmin sacó una, de hecho. Un par de veces, incluso, van a ir acompañados por comentarios del tipo "lo que usted no leyó", pero no se embullen demasiado que no es para tanto.

No hay comentarios: